Los indígenas que
habitaban nuestra isla tenían una forma de vida pacífica y laboriosa. La
llegada de los españoles a la isla cambio su situación, fueron repartidos
o encomendados, tuvieron que trabajar con una intensidad que desconocían
y recibieron duros maltratos. Aportaron su trabajo y sus conocimientos a la
construcción de la colonia española.
Pero el amor a la
libertad, el apego a sus costumbres y forma de vida unido a la
explotación que recibieron, provoco su extinción mediados del siglo quedaban
algunos cientos de aborígenes. Los aborígenes vivían bajo las condiciones que
determinaban sus amos, a excepción del grupo acompañó a Enriquillo al
Bahoruco o de los que se refugiaron en los montes. Los 50 o más años que los
nativos convivieron con los españoles y a partir de 1520 con los esclavos, no
posibilito que su forma de vida influyera en estos dos grupos.
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