Los tainos creían en diferentes dioses a los que llamaban cemíes y los hacían de madera o piedra. Su dios principal era Yucahu o dios de la yuca, su principal alimento. También tenían otros dioses como Atubey, madre de Yucahu, Guabanex, diosa que se relacionaba con la lluvia, el viento y los huracanes.
Adoraban el fuego, el sol y la luna. Tenían un dios supremo, Loquo que vivía en el cielo o Turey. Rendían culto a cemíes de piedra (dios menor), que ellos mismos tallaban. Creían que los muertos van a un lugar llamado Coayban, cuyo señor era Maquetaurie.
De acuerdo con relatos recogidos por el fraile Ramón Pané, los mitos de los indios se relacionan con el origen del Sol y la Luna, salidos de una cueva llamada Jovovava; con la transformación de seres asexuados en mujeres, utilizando el pájaro iriri que agujereaba los árboles; y con la fantástica creación del mar al romperse una calabaza desparramándose el agua que contenía en proporciones tales que con ella cubrió la tierra.
Los mitos y otras creencias eran transmitidos de generación en generación por aquellos ancianos más respetados de las familias, los clanes y las tribus.
Los taínos eran politeístas, creían en la existencia de varios dioses. El dios principal era Yocaju Bagua Maorocoti, quien fue hijo de la diosa Atabey Yermao Guacno macvayo.
Los taínos creían en dos seres sobrenaturales llamados cemíes que eran los progenitores de los demás. Estos dos padres creadores estaban simbolizados por ídolos de piedra, madera o barro, a quienes los indígenas rezaban sus oraciones, y en cuya presencia celebraban los ritos para implorar la abundancia de frutos y la dicha de la raza humana. Un grupo de estos seres sobrenaturales, los cemíes, tutelaban y representaban a los antepasados del clan.
El culto de estos ídolos se hallaba supeditado a las familias y sus imágenes eran guardadas en la casa-templo del cacique.Ramón Pané, fraile que entre 1494 y 1498 vivió entre los taínos de La Española, es tajante respecto a las creencias religiosas: Yocahú (el padre creador) vive en el cielo, es un ser inmortal al que nadie puede ver, y aunque tiene madre no tiene principio. Su madre, diosa sin principio también, tiene varios nombres: Atabex, Yermaoguacar, Apito y Zuimaco. Yocahú es la divinidad suprema, hijo y abuelo mítico invisible e intangible como el fuego, como el viento, el sol o la luna.
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